sábado, 16 de enero de 2021

Del Santo Evangelio según san Marcos 2, 13-17❤️🌹

 Sábado 16 de enero...


En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a caminar por la orilla del lago; toda la muchedumbre lo seguía y él les hablaba. Al pasar, vio a Leví (Mateo), el hijo de Alfeo, sentado en el banco de los impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él se levantó y lo siguió.

Mientras Jesús estaba a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaron a la mesa junto con Jesús y sus discípulos, porque eran muchos los que lo seguían.

Entonces unos escribas de la secta de los fariseos, viéndolo comer con los pecadores y publicanos, preguntaron a sus discípulos: “¿Por qué su maestro come y bebe en compañía de publicanos y pecadores?”.


Habiendo oído esto, Jesús les dijo: “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido para llamar a los justos, sino a los pecadores”.


Palabra del Señor.❤️


Meditemos lo que Dios nos dice en el Evangelio.


Jesús, ¿cómo habrás visto a Mateo?, ¿cómo habrá sido tu voz que con una sola palabra hiciste que un hombre lo dejara todo?

Mateo era un hombre. Un hombre y nada más. No un gran místico, no un fariseo devoto, no un rey poderoso. No, sólo un hombre… ¡Y qué hombre! Un pecador público, un avaro, ladrón y traidor de su patria…

Quizá ninguno de los que te seguían se hubiera sorprendido de que hubieras llamado a alguien bueno como al joven rico, a Nicodemo o a tu amigo Lázaro… pero ¿a Mateo?, ¿a ese pecador? Sí, Tú lo llamas a él… Como igual me llamas a mí… ¡A MÍ! que tantas veces me creo indigno de tu llamada a la vida, al amor, a la santidad… en particular, Jesús, me llamas a esta última que tantas veces me parece casi inalcanzable…


Sin embargo Tú me llamas a soltar mis seguridades, a dejar mi banco de impuestos, ese pecado que me encadena a las cosas de este mundo, que me hace encerrarme en mí mismo, en vez de seguirte con sinceridad y alegría.


San Mateo, intercede por mí para que, al igual que tú, sepa dejar todo lo que me impida seguir al Maestro en una vida cristiana coherente. Que me dé cuenta que Cristo me llama, no por mis méritos, sino porque lo necesito. Pídele a Cristo que me dé la fuerza para responder siempre afirmativamente y con presteza a su llamado a ser un verdadero apóstol de su Reino.

Feliz sábado fantástico ❤️👍

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