sábado, 1 de julio de 2017

COMO AHORRAR EN LA COMPRA

1º- Hacer siempre una lista de lo que necesitamos
No solo la lista nos ayuda a no olvidar lo que veníamos a comprar, pero nos permitirá reconocer aquellos artículos que no teníamos previsto comprar. Si es porque nos falto incluirlos en la lista, no pasa nada, pero si es algo que en el fondo no necesitamos, podremos decidir si lo acabamos comprando o no de forma consciente, y no compulsiva.

2º- Nunca ir a comprar con el estómago vacío
Nuestro estado de hambre influye enormemente en las compras. Si tenemos el estómago vacío, vamos a tener tendencia a comprar más comida de la que necesitamos, y en particular artículos que no son buenos para nuestra salud como chucherías, galletas o aperitivos.
3º- Recorrer la tienda siguiendo un patrón lógico
Si recorremos la tienda siempre de forma exhaustiva y lógica, pasillo por pasillo, siguiendo nuestra lista, nos aseguraremos de hacer una sola pasada, y como estaremos pendientes del orden, seremos menos sensibles a compras compulsivas.
4º- Revisar siempre los precios basándose en el precio unitario
El volumen de un envase puede ser engañoso, igual que a veces los tamaños familiares no salen más baratos que otros más pequeños. La única forma de saberlo es comprobar el precio unitario (por kilo, por litro, por unidad) que aparece en la etiqueta.
5º- Apuntar los precios de los productos más habituales
Incluso cuando hacemos la compra semanalmente, puede resultar difícil recordar todos los precios de los principales artículos. Apuntarlos nos permitirá compararlos con otros supermercados y elegir donde nos interesa más comprar. Incluso podemos especializar nuestra compra por tienda (la fruta en una, los refrescos en otra, la carne en una tercera), siempre que no nos complique demasiado la logística.
6º- Probar otras marcas más económicas
Evidentemente, no vamos a sacrificar todo al precio. Algunas versiones de marca blanca de productos muy conocidos son bastante malas, pero otras a cambio son excelentes, e incluso a veces las producen las mismas empresas que la marca conocida. Para saberlo, y puesto que todo depende del gusto de cada uno, la mejor solución es ir probando los productos de marcas blancas o de marcas más económicas (por ejemplo un par de productos a la semana). Si nos gusta, ya habremos conseguido un ahorro duradero y sino estaremos mejor informados.
7º- Comodidad o precio
Los supermercados nos ofrecen a menudo unos productos listos para el consumo, que agradecemos mucho pero en algunos casos la ventaja que conllevan no compensa el sobre coste. Por ejemplo, la lechuga ya cortada y lavada puede costar 4 veces el precio de una lechuga normal. Lo mismo pasa con muchas otras frutas y verduras, o con algunos platos preparados sencillos. Evidentemente, esto depende de la prioridad de cada uno, pero si disponemos de un poco de tiempo, nos merece la pena complicarnos un poco y ahorrar.
8º- Revisar el ticket de la compra después de pagar
Mas allá de los errores en la devolución del cambio o de los artículos pasados dos veces, también hay que fijarse en si los precios cobrados son los mismos que los que se indicaban en la tienda, especialmente para los artículos en promoción (tipo 2×1, o la segunda unidad al 30%).
9º- Analizar el ticket de compra en casa
Se trata de analizar cuales son los artículos más caros (de forma individual y por grupo de productos). A partir de allí, no es complicado imaginar estrategias para reducir el gasto. Por ejemplo, si vemos que la carne representa un peso muy importante de la factura, es posible mirar la posibilidad de reducir la importancia de la ternera en la dieta y sustituirla parcialmente por cerdo o pollo.
10º- Hacer una sola compra a la semana
Si vamos a comprar sin cesar, será muy difícil que podamos saber cuanto estamos comprando cada semana, y de esta manera también se complica ahorrar porque no tenemos referencias. Una compra a la semana (que puede ser repartida entre varias tiendas), nos ayudará a controlar el gasto.
11º- Ponerse un objetivo de compra
Una vez que tengamos más claro nuestro presupuesto habitual de compra, podemos ponernos un objetivo de gasto semanal para este apartado, que nos ayudará a ahorrar y a centrarnos en lo esencial.
12º- No dejar que se pierdan los productos perecederos
Aprender a ahorrar comprando, es también aprender a consumir de forma responsable. Normalmente tenemos una nevera muy grande, y si la llenamos con muchos productos es posible que alguno se dañe porque hemos tardado demasiado en consumirlo. A veces también se produce la situación que hayamos comprado algo que no nos gusta demasiado, y que siempre le preferimos otra cosa hasta que acabe dañándose. Suena obvio, pero no deberíamos nunca dejar que se pierda comida, que al final es dinero que tiramos literalmente.
13º- Pensar en llevar las bolsas de plástico
Es un gasto que parece ridículo, pero ahora que la mayoría de los supermercados cobran las bolsas de plástico, los 5 o 10 céntimos que nos gastemos por cada olvido es dinero perdido. Aunque reciclemos las bolsas para la basura nos saldría mucho más barato comprar las bolsas que sirven a tal efecto.
14º- Comprar sin los niños
Los niños son unos objetivos muy habituales de las campañas de publicidad, y no exclusivamente para productos para los más jóvenes. Las empresas tienen muy en cuenta que los adultos tienen más posibilidad de hacer compras imprevistas cuando están con sus hijos. Evidentemente, también influye la educación, pero incluso el niño más respetuoso intentará convencer de alguna forma a sus padres para comprar algún artículo adicional.
 Con estas indicaciones, y si era de las personas que van a comprar rápido y sin mirar demasiado, podrá ahorrar de forma muy significativa cada semana. Si ya compraba con cuidado, es posible que haya descubierto algún truco más para ahorrar. Si quieren compartir más consejos, no duden en participar comentando la entrada.

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