Amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo, es la enseñanza que el Señor nos da en este Evangelio. El amor es algo hermoso, sano, puro y claro, que recorre mansamente cual cristalinas aguas y se acrecienta cuando primero amamos a Dios y después, en Dios a los demás hermanos.
Toda acción buena y más aun, el que favorece a los mas pequeños, tendrá su recompensa en el tiempo, así nos promete el Señor. Que nuestro corazón se llene de Dios, para compartirla con muchos mas hermanos que necesitan y que aun no lo conocen. Ayudarlos es una tarea que el Señor nos pide cada día. ¡¡Gloria a Dios en lo mas alto del universo, por siempre y para siempre!!. Feliz y bendecido día. Del Evangelio. Mateo 10, 37-42.
No hay comentarios:
Publicar un comentario