UNA palabra amable multiplica los amigos y aleja a los enemigos, y la lengua afable multiplica los saludos.
Si haces un amigo, ponlo a prueba, y no tengas prisa en confiarte a él.
Porque hay amigos de ocasión,
que no resisten en el día de la desgracia.
Hay amigos que se convierten en enemigo,
y te avergüenzan descubriendo tus litigios.
Hay amigos que comparten tu mesa