que defendiste a la princesa de la Capadocia,
al abatir con tu lanza al feroz dragón,
te solicito humildemente
que vengas en mi auxilio
y me protejas de las acechanzas del demonio,
los peligros, las dificultades, las aflicciones.
Cobíjame bajo tu manto, poderoso santo,
escóndeme de mis enemigos,
de mis perseguidores, de las envidias,
magias, hechizos y maleficios.