Como no tratar en esta sección el amor a la familia, a pesar de haber contemplado ya el amor hacia los hijos, el amor conyugal, y el amor a los padres, no obstante, también debemos tener en cuenta, el amor a la familia de una manera global.
Desde luego, si como aspirantes al progreso moral nos debemos a todos los seres, siendo que debemos tratar a todos nuestros semejantes con el mayor respeto y tolerancia, y hasta con amor, ¿cómo debemos manifestarnos en nuestra familia? Pues todavía con mayor grado de todos estos elementos, porque sino seríamos hipócritas, y falsos aspirantes al desarrollo moral y del amor.
La familia, o más propiamente dicho el hogar, es el lugar donde convergen todas las actitudes, situaciones y diferentes características de todos sus miembros. En él es donde más cómodos nos sentimos, es como si fuese nuestro cuartel general, ese campamento en donde todos se conocen, conviven y se manifiestan con total libertad y naturalidad, y es por tanto donde sacamos tanto lo bueno como lo malo que llevamos en el seno de nuestra intimidad.