Lunes 28 de junio.
En aquel tiempo, al ver Jesús que la multitud lo rodeaba, les ordenó a sus discípulos que cruzaran el lago hacia la orilla de enfrente.
En ese momento se le acercó un escriba y le dijo: “Maestro, te seguiré a donde quiera que vayas”. Jesús le respondió: “Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en donde reclinar la cabeza”.
Otro discípulo le dijo: “Señor, permíteme ir primero a enterrar a mi padre”.
Pero Jesús le respondió: “Tú, sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos”.Palabra del Señor.❤️
Meditación 👍❤️
Jesús les pide a sus apóstoles ir al otro lado del lago y alejarse de la muchedumbre. El mensaje que quiere dar hoy es claro, hay que salir del lugar común, donde me podría sentir cómodo para seguir a Cristo. Hay que salir incluso de uno mismo, ir a la otra orilla y dejar todo detrás. Es una invitación exigente, sólo para los valientes…
Seguir a Cristo es un honor maravilloso que todo cristiano ha recibido en el bautismo. Pero también es verdad que no es un camino fácil. El Señor nos ha tomado en serio: cuando vino a este mundo sabía que le costaría perderlo todo en la cruz por nosotros. ¡Así de radical es el amor que Él nos tiene! Pero amor con amor se paga, y a un Amor radical sólo le corresponde una respuesta de amor radical.
Tal vez en mi día a día mi amor a Cristo no pide un acto tan radical como el martirio, la pobreza absoluta, ser rechazado por los seres queridos… Sin embargo, pequeño o grande, todos tenemos un lago que cruzar para seguir a Cristo: ser fiel a mis compromisos de cristiano, aunque haya que sacrificar el antojo del momento; vivir para los demás, por más que cueste a veces darse al otro, saber escuchar, comprender, perdonar… ¿Cuál es el lago que Cristo me pide que cruce?
¡Allá, al otro lado del lago, me espera Cristo, y ojalá que mi amor a Él sea uno que no conoce barreras!
Feliz lunes
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