jueves, 26 de mayo de 2022

Del santo Evangelio según san Juan 16, 16-20

 Jueves VI de Pascua

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Dentro de poco tiempo ya no me verán; y dentro de otro poco me volverán a ver”. Algunos de sus discípulos se preguntaban unos a otros: “¿Qué querrá decir con eso de que: ‘Dentro de poco tiempo ya no me verán, y dentro de otro poco me volverán a ver’, y con eso de que: ‘Me voy al Padre’?” Y se decían: “¿Qué significa ese ‘un poco’? No entendemos lo que quiere decir”.
Jesús comprendió que querían preguntarle algo y les dijo: “Están confundidos porque les he dicho: ‘Dentro de poco tiempo ya no me verán y dentro de otro poco me volverán a ver’. Les aseguro que ustedes llorarán y se entristecerán, mientras el mundo se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se transformará en alegría”.
*Palabra del Señor.

Meditación
👍❤️
El Evangelio de hoy nos presenta esta «pre-despedida» del Señor a sus apóstoles, y quiero que nos detengamos en una frase que dice Jesús: «… pero vuestra tristeza se convertirá en alegría». Dentro de pocos días estaremos celebrando la solemnidad de la Ascensión de nuestro Señor a los cielos, y metiéndonos en los zapatos o, mejor dicho, en las sandalias de los apóstoles, después de todo lo que habían vivido: la pasión del Maestro, su muerte, la muerte de Judas, el miedo que tenían porque los estaban buscando; terminado todo esto, parece que ya nada tiene sentido. Es entonces cuando el Señor se les aparece en algunos momentos y recobran la alegría que al perecer se había ido con el Maestro. Y no quieren que Él nuevamente se vaya, no quieren perder la alegría que tienen al verlo, pero Jesús tiene que subir a los cielos para reinar desde allá. Y es desde allí, precisamente, de donde nos enviará el Espíritu Santo para que nuestra «tristeza se convierta en alegría». Nosotros somos templos del Paráclito, (Cf. 1 Cor 1,16), pero ¿qué tanto lo creemos? «Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré» (Jn 16,7).
Dentro de muy poco conmemoraremos Pentecostés; preparémonos para recibir al Espíritu Santo. Él vendrá y se posará sobre cada uno de nosotros, para que toda tristeza se convierta en alegría. Pidamos a la Virgen María, ella que es la esposa del Paráclito, que nos ayude a tener nuestro corazón lo menos indigno posible para recibir al artífice de nuestra santidad.
Amén

No hay comentarios:

Publicar un comentario