También entonces llegaron algunos fariseos, a decirle a Jesús: "Vete de aquí, porque Herodes te quiere matar”. Él les contestó: "Id y decidle a ese zorro: ‘Mira, hoy y mañana expulso a los demonios y sano a los enfermos, y pasado mañana termino’. Pero tengo que seguir mi camino hoy, mañana y al día siguiente, porque no es posible que un profeta muera fuera de Jerusalén. ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los mensajeros que Dios te envía!
¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas, pero no quisisteis! Pues mirad, vuestro hogar va a quedar desierto. Y os digo que no volveréis a verme hasta que llegue el tiempo en que digáis: ‘¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!’”Palabras del Señor ❤️
COMENTARIO
La voz del profeta siempre es incómoda. La cuestión es cómo lidiamos con esa incomodidad. ¿Pensamos que es un obstáculo o somos capaces de verla como una oportunidad? Lo más común es que no aceptemos la crítica y que no queramos salir de nuestra zona de confort. Nos cuesta confrontarnos con una verdad que deja a la vista nuestra fragilidad. Es más fácil ponernos máscaras y velos que aceptar nuestra vulnerabilidad y nuestra imperfección. Sin embargo, la mirada profética nos ayuda a comprender de verdad lo que somos, como personas y como cristianos.
Oración ❤️
Señor, danos la luz de tu Espíritu Santo, para discernir y combatir nuestros males...AMÉN
Bendiciones celestiales
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