domingo, 20 de diciembre de 2020

EVANGELIO DEL DÍA: ❤️20 de Diciembre de 2020

IV de Adviento

2Sa 7,1-5.8b-12.14a.16/Rm 16,25-27/Lc 1,26-38

A los seis meses envió Dios al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea llamado Nazaret, a visitar a una joven virgen llamada María que estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David. El ángel entró donde ella estaba, y le dijo: "¡Te saludo, llena de gracia! El Señor está contigo”. Cuando vio al ángel, se sorprendió de sus palabras, y se preguntaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: "María, no tengas miedo, pues tú gozas del favor de Dios. Ahora vas a quedar encinta: tendrás un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Será un gran hombre, al que llamarán Hijo del Dios altísimo: y Dios el Señor lo hará rey, como a su antepasado David, y reinará por siempre en la nación de Israel.

Su reinado no tendrá fin”. María preguntó al ángel: "¿Cómo podrá suceder esto, si no vivo con ningún hombre?”. El ángel le contestó: "El Espíritu Santo se posará sobre ti y el poder del Dios altísimo se posará sobre ti como una nube. Por eso, el niño que va a nacer será llamado Santo e Hijo de Dios. También tu parienta Isabel, a pesar de ser anciana, va a tener un hijo; la que decían que no podía tener hijos está encinta desde hace seis meses. Para Dios no hay nada imposible”. Entonces María dijo: "Soy la esclava del Señor. ¡Que Dios haga conmigo como me has dicho!”. Con esto, el ángel se fue.

Palabras del Señor ❤️

COMENTARIO

Porque la relación que mantenemos con Dios es real, nuestra vida no se resuelve en un pase de magia. María va al centro del problema. Cuando el ángel le dice: "Vas a ser madre, vas a dar a luz, vas a concebir”, María pregunta: "¿Cómo es eso posible?”. Entre aquello a lo que somos llamados y el conocimiento de nuestras fuerzas hay una separación que nos estremece, una distancia que nos hace enmudecer. Sentimos el peso de nuestra fragilidad como una dolorosa incapacidad para responder. Pero aprendemos que la confianza es siempre dar un salto. Ante la promesa del Espíritu Santo que vendrá, María confía y pronuncia su sí. 

Oración:❤️

Hazme, Señor, un siervo confiado, capaz de decir "sí” a todo lo que me propongas.

Acción:👍

Busca el lado positivo de aquello inesperado que te ocurra esta semana.

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