miércoles, 26 de enero de 2022

Del santo Evangelio según san Marcos 4, 1-20

 Miércoles 26 de enero..

En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al lago, y se reunió una muchedumbre tan grande, que Jesús tuvo que subir en una barca; ahí se sentó, mientras la gente estaba en tierra, junto a la orilla. Les estuvo enseñando muchas cosas con parábolas y les decía:
“Escuchen. Salió el sembrador a sembrar. Cuando iba sembrando, unos granos cayeron en la vereda; vinieron los pájaros
🕊️🦜
y se los comieron. Otros cayeron en terreno pedregoso, donde apenas había tierra; como la tierra no era profunda, las plantas brotaron enseguida; pero cuando salió el sol, se quemaron, y por falta de raíz, se secaron. Otros granos cayeron entre espinas; las espinas crecieron, ahogaron las plantas y no las dejaron madurar. Finalmente, los otros granos cayeron en tierra buena; las plantas fueron brotando y creciendo y produjeron el treinta, el sesenta o el ciento por uno”. Y añadió Jesús: “El que tenga oídos para oír, que oiga”.
Cuando se quedaron solos, sus acompañantes y los Doce le preguntaron qué quería decir la parábola. Entonces Jesús les dijo: “A ustedes se les ha confiado el secreto del Reino de Dios; en cambio, a los que están fuera, todo les queda oscuro; así, por más que miren, no verán; por más que oigan, no entenderán; a menos que se conviertan y sean perdonados”.
Y les dijo a continuación: “Si no entienden esta parábola, ¿cómo van a comprender todas las demás? ‘El sembrador’ siembra la palabra.
‘Los granos de la vereda’ son aquellos en quienes se siembra la palabra, pero cuando la acaban de escuchar, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos.
‘Los que reciben la semilla en terreno pedregoso’, son los que, al escuchar la palabra, de momento la reciben con alegría; pero no tienen raíces, son inconstantes, y en cuanto surge un problema o una contrariedad por causa de la palabra, se dan por vencidos.
‘Los que reciben la semilla entre espinas’ son los que escuchan la palabra; pero por las preocupaciones de esta vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás, que los invade, ahogan la palabra y la hacen estéril.
Por fin, ‘los que reciben la semilla en tierra buena’ son aquellos que escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha: unos, de treinta; otros, de sesenta; y otros, de ciento por uno”.
*Palabra del Señor.
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Meditación
😃❤️👍
Este Evangelio nos presenta cuatro formas en las que podríamos tender a vivir nuestra vida cristiana. Hemos escuchado, por ejemplo, que el camino representa la indiferencia ante la palabra de Dios, que el terreno pedregoso representa la falta de compromiso; que los espinos representan la inconstancia y la tierra buena a aquellos que se esfuerzan por ser santos.
Otra forma de acercarse a meditar este Evangelio es imaginar que, en lugar de ser la tierra, nosotros somos la semilla que cae en el mundo. Un mundo lleno de caminos, pedregales y espinos, pero también de tierra buena. Ciertamente es difícil avanzar contra corriente y tratar de dar fruto en un lugar en el que todo parece árido. Pero recordemos que Dios no se equivoca al crear a ninguno de nosotros, cada una de sus semillas ha sido creada para un plan especial que llegue a dar mucho fruto.
Si cada uno de nosotros, como semillitas del Señor, nos encontramos en una tierra llena de indiferencia, busquemos motivación en Dios. Si nos encontramos en una tierra donde no hay responsabilidad cristiana, seamos quienes den el primer paso. Si la tierra es inconstante, perseveremos en el amor, y si la tierra es buena demos gracias al Señor. Dios nos ha diseñado para dar fruto y un fruto que permanezca y se extienda por toda la tierra (Jn 15, 16).
Amén..
Feliz miércoles maravilloso

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