lunes, 28 de agosto de 2023

Del santo Evangelio según san Mateo 23, 13-22

 San Agustín

En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque les cierran a los hombres el Reino de los cielos! Ni entran ustedes ni dejan pasar a los que quieren entrar.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para ganar un adepto y, cuando lo consiguen, lo hacen todavía más digno de condenación que ustedes mismos!
¡Ay de ustedes, guías ciegos, que enseñan que jurar por el templo no obliga, pero que jurar por el oro del templo, sí obliga! ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro o el templo, que santifica al oro? También enseñan ustedes que jurar por el altar no obliga, pero que jurar por la ofrenda que está sobre él, sí obliga. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar, que santifica a la ofrenda? Quien jura, pues, por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él. Quien jura por el templo, jura por él y por aquel que lo habita. Y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por aquel que está sentado en él”.
Palabra del Señor.
❤️
Meditación
¿Por qué Jesús hablaba tan fuerte contra los fariseos? Fariseo significa «separado». Ellos buscaban separarse de todo lo del mundo para tener una fe más pura, no como la del resto de la gente común. Por eso recorrían mar y tierra para convertir gente a su causa. Si en el fondo eran gente buena, con propósitos, metas estructuradas y reglas claras, ¿qué hacían mal, Jesús, si predicaban la ley dada por tu Padre?
El error que cometían los fariseos y seguimos cometiendo hoy en la Iglesia es cerrar el Reino de los cielos dándole más importancia a las estructuras, a los medios, a los apostolados, a la eficacia, olvidándonos del núcleo del Evangelio, de la relación personal, corazón a corazón, con Cristo, de la caridad, la misericordia, la sencillez, la humildad, la acogida del hermano.
Nuestra misión como Cristianos ciertamente necesita de medios para desarrollarse, pero en el momento en que el medio y la norma se convierten en principios rectores, Cristo deja de estar al centro y nosotros nos convertimos en neo-fariseos, porque nos separamos del Evangelio en función del éxito humano.
El Evangelio hoy nos llama a entrar y dejar entrar en el Reino de los Cielos, el Reino de Cristo que se empieza a vivir aquí y ahora. Abramos nuestros ojos y limpiémonos de toda hipocresía y doblez para ser Cristianos según el corazón de Cristo.
Amén

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