miércoles, 21 de febrero de 2024

Del santo Evangelio según san Lucas 11, 29-32


En aquel tiempo, la multitud se apiñaba alrededor de Jesús y éste comenzó a decirles: "La gente de este tiempo es una gente perversa. Pide una señal, pero no se le dará otra señal que la de Jonás. Pues así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para la gente de este tiempo. Cuando sean juzgados los hombres de este tiempo, la reina del sur se levantará el día del juicio para condenarlos, porque ella vino desde los últimos rincones de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada la gente de este tiempo, los hombres de Nínive se levantarán el día del juicio para condenarla, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás".
Palabra del Señor.
❤️
Meditación
Muchas veces nos acercamos a Dios porque es Dios; lo rodeamos pidiéndole que nos arregle la vida pues sólo así podremos creerle, sólo así podremos ser sus discípulos, o al menos a mí me pasaba en el pasado, que sólo lo buscaba cuando lo necesitaba. Nos olvidamos que Dios tiene algo mucho más grande que darnos, su amor.
El saber y experimentar que Dios nos ama es el mejor regalo que podemos tener. Este amor es más grande que cualquier cosa que nos pueda dar; su amor es más grande que una buena vida sin dolor o padecimiento.
Nuestra vida debe ser una completa experiencia del amor de Dios. Con cada cosa que nos pasa debemos ver el amor intenso que Dios nos tiene. Experimentar un amor real, que no se queda escrito en un libro de muchas páginas sino que vive en el corazón; un amor que nunca cambia sino que siempre existe. Un amor intenso, apasionado, personal hacia cada uno de nosotros, un amor que sólo vive y se consume para nosotros. Un amor puro que no tiene intereses, un amor que sabe amar porque siempre se da a sí mismo.
Si algo hemos de pedir no son pruebas de su cercanía, no son bienes para una vida sin problemas. Lo único que debemos pedir es el poder tener la experiencia de Dios, el poder vivir el amor que Dios nos tiene, y sólo eso bastará en nuestra vida, sólo eso nos hará feliz.
Amén

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