viernes, 16 de julio de 2021

Del santo Evangelio según san Mateo 12, 1-8❤️

Viernes 16 de julio...


Un sábado, atravesaba Jesús por los sembrados. Los discípulos, que iban con él, tenían hambre y se pusieron a arrancar espigas y a comerse los granos. Cuando los fariseos los vieron, le dijeron a Jesús: «Tus discípulos están haciendo algo que no está permitido hacer en sábado».

Él les contestó: «¿No han leído ustedes lo que hizo David una vez que sintieron hambre él y sus compañeros? ¿No recuerdan cómo entraron en la casa de Dios y comieron los panes consagrados, de los cuales ni él ni sus compañeros podían comer,

sino tan sólo los sacerdotes?

¿Tampoco han leído en la ley que los sacerdotes violan el sábado porque ofician en el templo y no por eso cometen pecado? Pues yo digo que aquí hay alguien más grande que el templo.

Si ustedes comprendieran el sentido de las palabras: "Misericordia quiero y no sacrificios", no condenarían a quienes no tienen ninguna culpa. Por lo demás, el Hijo del hombre también es dueño del sábado».

Palabra del Señor.❤️


Meditación 👍🥰

«Misericordia quiero y no sacrificio» es la clave del mensaje de hoy. ¿Qué quiere decirme el Señor? Pues quizá que no esté tan apegado a las leyes y al cumplimiento externo de las normas; que por encima de ellas está el bien del hombre. No puedo hacer el bien, porque estoy esclavizado a un mandato, a una costumbre, o una norma. Antes que nada ha de estar el consuelo, el alivio y la atención al necesitado: se trata de practicar la compasión, la solidaridad.

Qué sutiles pueden ser estas palabras, si me pongo a analizar en profundidad. Incluso puedo llegar al extremo de afirmar que el Señor prefiere que me conmueva y actúe, antes de estar abocado todo el tiempo a la oración, a la reflexión o a la meditación, sobre todo si éstas me llevan al aislamiento, pues oración y acción se llevan de la mano. Todo esto es seguramente importante, pero no tiene sentido si no ordeno mi vida de tal modo que esté dedicada al servicio y al amor de mis hermanos. La oración, la piedad no puede llevarme a la exclusión…

Lo que Dios quiere es MISERICORDIA. He ahí el tema en el que debo reflexionar el día de hoy. ¿Soy misericordioso con mi hermano? ¿En qué consiste la misericordia? ¿Qué es la misericordia? La misericordia es el amor en acción, en movimiento. Es mi disposición a compadecerme de las miserias ajenas. Y puedo hacerla presente en mi vida a través de la amabilidad, la asistencia al necesitado y especialmente en el perdón y la reconciliación. Es más que un sentido de simpatía, es una práctica. Que mayor sacrificio que el ser misericordioso en todo momento y circunstancia con todo el mundo

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