jueves, 30 de marzo de 2023

Del santo Evangelio según san Juan 8, 51-59

 Jueves 30 de marzo

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «Yo les aseguro: el que es fiel a mis palabras no morirá para siempre».❤️
Los judíos le dijeron: «Ahora ya no nos cabe duda de que estás endemoniado. Porque Abraham murió y los profetas también murieron, y tú dices: ‘El que es fiel a mis palabras no morirá para siempre’. ¿Acaso eres tú más que nuestro padre Abraham, el cual murió? Los profetas también murieron. ¿Quién pretendes ser tú?».
Contestó Jesús: «Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, aquel de quien ustedes dicen: ‘Es nuestro Dios’, aunque no lo conocen. Yo en cambio, sí lo conozco; y si dijera que no lo conozco, sería tan mentiroso como ustedes. Pero yo lo conozco y soy fiel a su palabra. Abraham, el padre de ustedes, se regocijaba con el pensamiento de verme; me vio y se alegró por ello». Los judíos le replicaron: «No tienes ni cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?». Les respondió Jesús: «Yo les aseguro que desde antes que naciera Abraham, Yo Soy». Entonces recogieron piedras para arrojárselas, pero Jesús se ocultó y salió del templo.
Palabra del Señor
❤️
Meditando
Para quienes nos acercamos a la Palabra de Dios, en ocasiones puede ser un bálsamo, un consuelo, un llamado, o una invitación a cambiar algo en nuestras vidas como espada de doble filo (Hb 4:12), también puede ser un motivo de rechazo como le ocurrió a Jesús hoy en el evangelio.
Jesús anuncia la Palabra sin miedo y con la verdad; Él es como esos médicos que visitábamos de niños de los cuáles lo único que sabíamos era que nos iban a recetar una inyección dolorosa o una amarga medicina. Obviamente los niños odian estas cosas, pero la mamá los logra convencer de que eso les hará bien y efectivamente eso sucede. Las palabras de Jesús enojaron mucho a los judíos que lo oían, pero para quienes verdaderamente aceptaron el mensaje de Jesús, la medicina era una esperanza gigantesca. ¡Quien cumpla mi palabra no morirá jamás!
En nuestra vida cotidiana, en ocasiones, vivimos como esta gente que escuchó al Señor rechazándolo y le decimos, ¿quién pretendes ser tú? Pero la fuerza del amor contenida en la persona de Jesús nos hace la misma promesa de vida eterna. ¿Qué significa entonces cumplir la palabra de Dios? No se trata de vivir con miedo o hacer las cosas por cumplimiento, cumplir la palabra de Dios es dejar que la gracia actúe en nosotros para que seamos el rostro, las manos, la voz, la sonrisa visible de Cristo en la tierra; para que nuestros hermanos que aún no han conocido a Dios o han conocido una idea equivocada de Dios, se extrañen de la alegría que brota de un corazón que tiene a Cristo. Una relación profunda con el Señor no es saberse mil cosas de Él de memoria, es dejarse transformar poco a poco...
Amén

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