viernes, 16 de junio de 2023

Del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-30


En aquel tiempo, Jesús exclamó: "¡Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien.
El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga ligera".
Palabra del Señor.
❤️
Meditación
«Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.» (Jn 17,3). La vida eterna es conocer a Dios. Lo que quiere Jesús con nosotros es que conozcamos al Padre en Él. ¿Cómo se conoce una persona? Por ejemplo, cuando vamos a casa de un amigo y tiene fotos de su papá, podemos decir que ya por lo menos lo identificamos. O cuando un amigo nos habla de su papá, es otro tipo de conocimiento. Pero cuando realmente queremos conocer a una persona tiene que ser de cara a cara; escuchando sus palabras, sus pensamientos; lo que piensa, lo que le gusta, lo que ama, lo que reprueba, sus reacciones. Haciendo una experiencia de la otra persona es la mejor manera de conocerlo.
Jesús vino al mundo para que podamos hacer esta experiencia de Dios, para conocer a Dios en Jesús. Antes de la Encarnación no se podía conocer a Dios. Conocemos a través de los sentidos. Cómo íbamos a poder conocer a Dios si no tenía cuerpo si no lo veíamos, si no lo escuchábamos. Y habiendo tomado cuerpo, nuestros sentidos lo pueden captar, lo pueden experimentar. Esta es la grandeza de la Encarnación.
Jesús nos dejó su Evangelio en el cual expresa su mente y su corazón. Si Lo queremos conocer, necesitamos leer, escucha su Palabra. Observemosg cómo actúa, cómo reacciona, cómo ama. Y lo mejor de todo es que sigue vivo, ¡está vivo! Y quiero quetep vayamos a Él. Pero al parecer mucha gente no se da cuenta o se olvida que está vivo; y que, además, quiere hablar con cada uno de nosotros para decirnos cuánto nos ama. La oración es por donde Jesús nos habla.
¡Gracias, Jesús, por haberte encarnado!
Amén

No hay comentarios:

Publicar un comentario