jueves, 5 de octubre de 2023

Del santo Evangelio según san Lucas 10, 1-12


En aquel tiempo, designó el Señor a otros setenta y dos discípulos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir, y les dijo: "La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos. Pónganse en camino; los envío como corderos en medio de lobos. No lleven ni dinero, ni morral, ni sandalias y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa, digan: 'Que la paz reine en esta casa'. Y si allí hay gente amante de la paz, el deseo de paz de ustedes se cumplirá; si no, no se cumplirá. Quédense en esa casa. Coman y beban de lo que tengan, porque el trabajador tiene derecho a su salario. No anden de casa en casa. En cualquier ciudad donde entren y los reciban, coman lo que les den. Curen a los enfermos que haya y díganles: 'Ya se acerca a ustedes el Reino de Dios'. Pero si entran en una ciudad y no los reciben, salgan por las calles y digan: 'Hasta el polvo de esta ciudad que se nos ha pegado a los pies nos lo sacudimos, en señal de protesta contra ustedes. De todos modos, sepan que el Reino de Dios está cerca'. Yo les digo que en el día del juicio, Sodoma será tratada con menos rigor que esa ciudad".
Palabra del Señor.
❤️
Meditación
Rogar. Es importante rogar al Señor. Pero jamás hemos de olvidar: después de que Jesús nos dijo "rueguen", dijo "pónganse en camino". ¿Activismo? No, realismo. Jesús mismo vivía con tal ímpetu su vida, que parecería difícil no identificarlo como un activista. Sin embargo estaba muy lejos de serlo.
El activista tiene puesta su confianza en sí mismo. El cristiano tiene puesta su confianza en Dios, a quien conoce, con quien tiene contacto frecuente, con aquél que es su motivación y su fuerza. El cristiano vive con el deseo de imitar a Cristo y en ello encuentra su plenitud. Por ello nunca desespera: porque su fundamento es sólido. Incluso en tiempos de crisis, en tiempos de preguntas sabe acudir a Dios.
Jesús, incluso en Getsemaní, hablaba con el Padre. Incluso en el calvario, cuando se sintió abandonado, habló con el Padre. Y en sus días cotidianos, la mañana, y muchas de sus noches, las dedicaba a su Padre. La jornada la dedicaba a darle gloria con sus obras. Rogaba y se ponía en camino.
Rogar y ponerse en camino. Dios me ha regalado la inteligencia y la voluntad para darle gloria. Primero le doy gloria poniéndome a su escucha. Después le doy gloria poniéndome en acción según sus palabras.
Amén

No hay comentarios:

Publicar un comentario