domingo, 5 de agosto de 2018

Domingo, 05 de Agosto de 2018


Ex 16,2-4.12-15
Ef 4,17.20-24
Jn 6,24-35
Evangelio:
En aquel tiempo, al no ver allí a Jesús ni a sus discípulos, la gente subió a las barcas y se dirigió en busca suya a Cafarnaún. Al llegar a la otra orilla del lago, encontraron a Jesús y le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo has venido aquí?” Jesús les dijo: “Os aseguro que vosotros no me buscáis porque hayáis visto las señales milagrosas, sino porque habéis comido hasta hartaros. No trabajéis por la comida que se acaba, sino por la comida que permanece y os da vida eterna. Ésta es la comida que os dará el Hijo del hombre, porque Dios, el Padre, ha puesto su sello en él”. Le preguntaron: “¿Qué debemos hacer para que nuestras obras sean las obras de Dios?” Jesús les contestó: “La obra de Dios es que creáis en aquel que él ha enviado”. “¿Y qué señal puedes darnos -le preguntaron- para que, al verla, te creamos? ¿Cuáles son tus obras? Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: ‘Dios les dio a comer pan del cielo.’” Jesús les contestó: “Os aseguro que no fue Moisés quien os dio el pan del cielo. ¡Mi Padre es quien os da el verdadero pan del cielo! Porque el pan que Dios da es aquel que ha bajado del cielo y da vida al mundo”. Ellos le pidieron: “Señor, danos siempre ese pan”. Y Jesús les dijo: “Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca más tendrá hambre, y el que en mí cree, nunca más tendrá sed”.
*Palabras del Señor*
Comentario:
A quienes pensaban en el alimento, Jesús los quería llevar a otro nivel. Existe un hambre interior, y existe un alimento espiritual que necesitamos recibir. Jesús nos invita a preocuparnos “por la comida que permanece y da vida eterna”. Nosotros corremos detrás de las personas y de las cosas que puedan satisfacer nuestros deseos, pero nuestras necesidades más profundas sólo las puede saciar Jesús. Por eso concluye: “El que viene a mí, nunca más tendrá hambre”. Muchos lo buscaban para resolver sus necesidades inmediatas, pero Jesús, a través de sus gestos, quería hacerles llegar el mensaje del amor de Dios. Más allá de las palabras, más allá de las doctrinas, la forma que Jesús tenía de tratarlos les ayudaba a reconocer su propia dignidad. Lo que hace falta es abrir el corazón con confianza: creer.
Oración: 🙏🏼
Señor, quiero recibir con fe el alimento que sólo tú me puedes dar.
Acción💪🏻👍🏻: No te olvides de agradecer y bendecir la mesa."
feliz domingo

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