Ez 1,2-5.24-28c
Mt 17,22-27
Evangelio:
"Mientras andaban juntos por la región de Galilea, Jesús les dijo: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; pero al tercer día resucitará”. Esta noticia los llenó de tristeza. Cuando Jesús y sus discípulos llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto para el templo fueron a ver a Pedro, y le preguntaron: “¿Tu maestro no paga el impuesto para el templo?”. “Sí, lo paga” -contestó Pedro. Luego, al entrar Pedro en casa, Jesús se dirigió a él en primer lugar, diciendo: “¿Qué te parece, Simón? ¿A quiénes cobran impuestos y contribuciones los reyes de este mundo: a sus propios súbditos o a los extranjeros?”. Pedro contestó: “A los extranjeros”. “Por lo tanto -añadió Jesús-, los propios súbditos no tienen que pagar nada. Pero, para que nadie se ofenda, ve al lago y echa el anzuelo. En la boca del primer pez que pesques encontrarás una moneda que será suficiente para pagar mi impuesto y el tuyo. Llévatela y págalos”."
*Palabras del Señor
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Comentario:
Se acercan a Pedro los cobradores del impuesto para el templo de Jerusalén. Quieren saber si Jesús lo paga. Si no lo hace, la gente creyente rechazaría su mensaje. Jesús dice que los súbditos pagan impuestos, no los hijos. A él no le corresponde pagar ese impuesto porque el templo es la casa de su Padre, Él es el Hijo de Dios (Mt 16, 16). Tampoco deben hacerlo sus discípulos, que son sus hermanos (12, 49), hijos del Padre (5, 45). Sin embargo, decide pagarlo para no provocar confusión. Él no se empeña en imponer sus ideas, sino que piensa en el bien del pueblo. Nunca haría daño a la conciencia de las personas por imponerles una verdad que todavía no podrían entender. Esa misma delicadeza se espera de nosotros hacia los demás.
*Oración
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Señor, dame tu Santo Espíritu, para ser humilde como Tú...Amén
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