jueves, 20 de diciembre de 2018

EVANGELIO DEL DÍA: 20 de Diciembre de 2018


Is 7,10-14
Lc 1,26-38
"A los seis meses envió Dios al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea llamado Nazaret, a visitar a una joven virgen llamada María que estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David. El ángel entró donde ella estaba, y le dijo: “¡Alégrate, llena de gracia! El Señor está contigo”. Cuando vio al ángel, se sorprendió de sus palabras, y se preguntaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: “María, no tengas miedo, pues tú gozas del favor de Dios. Ahora vas a quedar encinta: tendrás un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Será un gran hombre, al que llamarán Hijo del Dios altísimo: y Dios el Señor lo hará rey, como a su antepasado David, y reinará por siempre en la nación de Israel. Su reinado no tendrá fin”. María preguntó al ángel: “¿Cómo podrá suceder esto, si no vivo con ningún hombre?”. El ángel le contestó: “El Espíritu Santo se posará sobre ti y el poder del Dios altísimo se posará sobre ti como una nube. Por eso, el niño que va a nacer será llamado Santo e Hijo de Dios. También tu parienta Isabel, a pesar de ser anciana, va a tener un hijo; la que decían que no podía tener hijos está encinta desde hace seis meses. Para Dios no hay nada imposible”. Entonces María dijo: “Soy la esclava del Señor. ¡Que Dios haga conmigo como me has dicho!”. Con esto, el ángel se fue."
*Palabras del Señor*
COMENTARIO
Hemos leído muchas veces este texto bíblico. Hoy le prestamos atención una vez más para entrar en lo profundo del misterio de la Encarnación del Hijo de Dios. En este tiempo de Adviento, hace falta detener el paso y abandonar la ansiedad para que esta Palabra de Dios nos hable una vez más. Vale la pena detenerse serenamente a contemplar ese momento sobrecogedor, ese instante sagrado en que Dios se unió a nuestra carne humana en el seno de una madre. Este es un texto del que no interesa tanto comprender los detalles, ni preguntarnos si nos exige alguna respuesta, sino, más bien, adorar en silencio, admirarnos ante el misterio. Dentro de la belleza de esta escena, está el precioso sí de María, obra de la acción del Espíritu Santo en su corazón dócil y abierto.
*Oración 🙏🏻*
Señor, gracias por haberte hecho hombre siendo todo un Dios, para venir a salvar a la humanidad perdida...Amén 
Feliz jueves maravillos

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