viernes, 21 de diciembre de 2018

EVANGELIO DEL DÍA: 21 de Diciembre de 2018


Cnt 2,8-14
Lc 1,39-45
Por aquellos días, María se dirigió de prisa a un pueblo de la región montañosa de Judea, y entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Cuando Isabel oyó el saludo de María, la criatura se movió en su vientre, y ella quedó llena del Espíritu Santo. Entonces, con voz muy fuerte, dijo Isabel: “¡Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y ha bendecido a tu hijo! ¿Quién soy yo para que venga a visitarme la madre de mi Señor? Tan pronto como he oído tu saludo, mi hijo se ha movido de alegría en mi vientre. ¡Dichosa tú por haber creído que han de cumplirse las cosas que el Señor te ha dicho!”.

*Palabras del Señor*

COMENTARIO

Si esperamos a Jesús en el Adviento, esperamos también a María. Son inseparables, y así lo muestra este texto bíblico. Cuando Isabel se siente indigna de recibir esa visita, no sólo se refiere a Jesús, sino también a María. Por eso dice: “¿Quién soy yo para que venga a visitarme la madre de mi Señor?”. Nosotros también somos indignos, pero igualmente esperamos con confianza, y deseamos, que venga María. Queremos que venga porque ella es madre, y puede dar a luz a Jesús en nuestras vidas, en nuestras familias, en nuestros sueños. Con ese espíritu de afectuosa espera, también nosotros repetimos lo que le dijo Isabel: “bendita tú eres…”. Isabel nos dio las palabras que usamos todos los cristianos de la tierra para decir palabras de amor a María. Con ella llega Jesús, nuestro único Salvador.
*Oración 🙏🏻*
Cada uno...
Feliz viernes fantástico

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