martes, 25 de diciembre de 2018

EVANGELIO DEL DÍA: 25 de Diciembre de 2018

Natividad del Señor
Is 52,7-10
Hb 1,1-6
Jn 1,1-18

"En el principio ya existía la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. Él estaba en el principio con Dios. Por medio de él, Dios hizo todas las cosas; nada de lo que existe fue hecho sin él. En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad. Esta luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no han podido apagarla. Hubo un hombre llamado Juan, a quien Dios envió como testigo, para que diera testimonio de la luz y para que todos creyesen por medio de él. Juan no era la luz, sino uno enviado a dar testimonio de la luz. La luz verdadera que alumbra a toda la humanidad venía a este mundo. Aquel que es la Palabra estaba en el mundo, y aunque Dios había hecho el mundo por medio de él, los que son del mundo no le reconocieron. Vino a su propio mundo, pero los suyos no le recibieron. Pero a quienes le recibieron y creyeron en él les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios. Y son hijos de Dios, no por la naturaleza ni los deseos humanos, sino porque Dios los ha engendrado. Aquel que es la Palabra se hizo hombre y vivió entre nosotros lleno de amor y de verdad. Y hemos visto su gloria, la gloria que como Hijo único recibió del Padre. Juan dio testimonio de él diciendo: “A este me refería yo cuando dije que el que viene después de mí es más impor­tante que yo, porque existía antes que yo”. De sus grandes riquezas, todos hemos recibido bendición tras bendición. Porque la ley fue dada por medio de Moisés, pero el amor y la verdad se han hecho realidad por medio de Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el Hijo único, que es Dios y que vive en íntima comunión con el Padre, nos lo ha dado a conocer."
*Palabras del Señor*
COMENTARIO AL EVANGELIO 
Jesucristo es la Palabra que manifiesta al Padre y se hace hombre para darnos su gloria y su amor. En Jesús, el Padre dice todo su amor, expresa su intimidad para invitarnos a su amistad. Pero el mundo no quiso recibirlo, prefirió seguir con su lógica. Por eso ante todo se trata de “recibirlo”, para que Él pueda hacer su obra y derramar su luz en nuestras vidas. Ojalá, en medio de los festejos navideños, vivamos interiormente el gozo de recibirlo una vez más como el único que puede salvarnos. Hay un misterio infinito que se encierra en la simplicidad de Belén, y en el pesebre se hace presente el poder de Dios que nos libera. La discreta luz de la Navidad es la única que puede disipar realmente nuestras tinieblas. Recibámosla en nuestras vidas.
*Oración 🙏🏻*
SEÑOR, TÚ QUE ERES LA LUZ QUE VINO A ILUMINAR LA TIERRA, TE RUEGO, VEN A ALUMBRAR MI CORAZÓN...AMÉN 
*FELIZ NAVIDAD

No hay comentarios:

Publicar un comentario