La enfermedad es una circunstancia que dificulta la vida del ser humano, mas aun, cuando está señalada como grave e irreversible.
Así fue con el leproso, que tuvo que padecer y soportar, no sólo el dolor de sus heridas, sino también el rechazo de la gente. Sin embargo, tuvo fe y se acercó con gran humildad a Jesús a pedir sanación, "Señor, si quieres puedes limpiarme" y Jesús, misericordioso como siempre, le dijo sí, quiero y lo sanó completamente. Ésta actitud del leproso que señala el Evangelio, es la que debemos imitar siempre, para liberarnos de muchas enfermedades que padecemos, tanto físicos, como también espirituales, por culpa del descuido, del abandono de la oración, del diálogo con Dios. Como el leproso, tengamos fe y con gran humildad acerquémonos a Dios para pedir la sanación que precisamos. 'Señor, si quieres puedes sanarme". Él escucha siempre nuestras súplicas y a su tiempo, según su santa voluntad, nos dará lo que precisamos. Su amor es grande e infinito. Feliz y bendecido día. Del Evangelio. Mateo 8, 1-4.
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