Todos estamos llamados a transmitir ese tesoro incalculable de llevar la Gracia de Dios a los demás
La afirmación de San Pablo de: "llevamos este tesoro en recipientes de barro para que parezca que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no de nosotros" (cfr 2 Cor 4,6), nos puede ser útil para descubrir cuál es la verdadera vocación de cada uno de nosotros.
A continuación, algunas reflexiones sencillas en cuanto a una vasija que alberga algo en su interior:
Llenar la vasija
La vasija puede contener café, pero también dulces, o un poco de agua contaminada.
Tú decides qué quieres que haya en tu corazón. Si la Gracia de Dios que es ese tesoro incalculable, o si quieres llenarlo de malos pensamientos o cosas intrascendentes.
La buena condición de la vasija
La vasija para que esté en buenas condiciones debe ser tratada con cuidado, no colocarla al borde de la mesa porque se puede caer por ejemplo, y tiene que ser aseada también.
Es sano que limpiemos nuestro corazón, y para eso la confesión, la dirección espiritual, la oración y una buena dirección espiritual, son invaluables.
La naturaleza de la vasija puede albergar ese tesoro.
Así como una señorita que busca cosas serias en su vida, no ve compatibilidad con un joven que se divierte mas de la cuenta abusando del alcohol, debe apartarse de él, nuestro corazón debe estar en contacto con cosas buenas y qué mayor bondad que ese tesoro invaluable
El barro de la vasija no es en sí malo
De hecho ha permitido que se construya una bella vasija, pero su naturaleza no es comparable a lo que puede llevar consigo.
Lo importante es lo que llevamos a los demás, ese tesoro; de nada sirve un pocillo de fina y bella porcelana si en él es servido un tinto amargo y mal preparado.
Conclusión
La conclusión a la que llegamos es bella e inigualable: la vida nos ha sido dada, para transmitir ese tesoro incalculable que es la Gracia de Dios, a los demás.
No importa la vasija, importa que Cristo llegue a los demás. Para eso fuimos creados y es nuestra mas importante vocación.
Qué necesario que es ser arquitecto, médico y demás. Pero todos estamos llamados a llevar ese tesoro y mientras no cumplamos con ese tarea que nos ha sido encomendada, no podremos hablar de una realización plena para cada uno.
¿Dónde llevar a cabo esa misión? Los Padres en medio de su familia guiando a sus hijos; compañeros de trabajo que se sienten anegados en medio de dificultades. Compañeros de universidad que no encuentran un norte para su vida, y un sinfín de situaciones.
Anímate, tú puedes darle el mejor regalo que puedan recibir otras personas y ¡sentirte así de pleno!
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