miércoles, 28 de junio de 2017

Del Evangelio

Las buenas palabras deben ser acompañadas con ejemplos, para que tengan credibilidad, afectividad y sobre todo, la aprobación y bendición del Señor. Las malas intenciones muchas veces se revisten de buenas obras, con el fin de engañar, utilizando hasta la misma religión, para llevar a cabo prácticas que no están revestidas de la verdad de Dios, sino de intereses propios. El verdadero profeta es el que sigue a Dios con amor y el que cumple primero en sí mismo sus mandatos para luego predicar su palabra. El buen profeta anuncia con sinceridad, y profundo respeto las cosas de Dios, con gran amor y sin necesidad de gritar para impresionar. Todos somos llamados a producir frutos de bien y no interesados beneficios en nombre de Dios. Que el Señor nos ayude a distinguir siempre la verdad y obrar en consecuencia. Del Evangelio. Mateo 7, 15-20.

No hay comentarios:

Publicar un comentario