jueves, 3 de mayo de 2018

Hábitos que crean familias felices

Las familias felices son aquellas que saben respetar el espacio individual de cada miembro, y que, a su vez, no dudan en acudir al resto cuando lo necesitan

1. Aprender algo juntos

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Ya sabemos que adquirir nuevos conocimientos es una excelente opción para crecer y para mantener activo el cerebro. Por si esto fuese poco, aprender algo en compañía de nuestros seres queridos es una forma de crear familias felices.

La explicación es bastante sencilla si lo piensas con detenimiento. Para empezar, tendréis la oportunidad de pasar tiempo de calidad haciendo algo productivo. Esto os hace cercanos y os enseña a trabajar juntos.
Si hasta ahora no habéis probado a aprender cosas juntos, es buen momento para hacerlo. Entre las opciones que podéis probar están:
  • Aprender un deporte.
  • Ir a clases de cocina.
  • Tomar clases de baile.
  • Aprender a dibujar.
  • Plantar un huerto en casa.
Al final, la actividad escogida importa menos que el hacerlo juntos. Daos una oportunidad de desarrollar nuevas habilidades.

2. Tener momentos divertidos

Las familias felices aprovechan cualquier oportunidad para crear recuerdos felices. Antes de preocuparte por el trabajo o los problemas de dinero, recuerda ocuparte de crear momentos especiales para todos.
Tus hijos, tu pareja y tus padres necesitan compartir tiempo contigo. Pensad en qué actividades os resultan divertidas y dedicad un tiempo a practicarlas:
  • Contar historias.
  • Salir a pasear al parque.
  • Dedicar una tarde de películas en familia.
  • Jugar videojuegos.
  • Aprender un deporte nuevo.
  • Disfrutar de un día de karaoke.
No te olvides de que la felicidad son esos pequeños momentos que vamos creando y compartiendo.

3. Sorprenderse unos a otros

¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo especial para algún miembro de tu familia? No hablamos de fiesta de cumpleaños sorpresa que, en realidad, no era tal porque todos la esperaban.
Hablamos de que un día prepares el desayuno para tu esposa o de que sorprendas a tus hijos con un viaje inesperado al parque.
Estos son pequeños detalles que alimentan el amor de todos. Estamos seguros de que cada uno puede pensar en, al menos, un regalo que puede hacer a los demás:
  • Preparar una cena romántica sin que sea una fecha especial.
  • Escribir una carta de agradecimiento a tu hermano.
  • Cocinar unas galletas para todos.
  • Comprar un postre solo porque sí.
Muchas veces vamos por la vida pensando que necesitamos mucho para hacer felices a los demás. Lo cierto es que, la mayor parte del tiempo, basta con dedicarles un poco de atención y tiempo.

4. Comer juntos, al menos, una vez al día

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Sí, sabemos que no siempre es posible desayunar, comer y cenar todos a la misma hora. No obstante, tratad de destinar un horario para veros y contaros cómo estuvo el día.
Las familias felices saben que compartir unos minutos para hablar de los sueños, preocupaciones y dudas es vital.
No te encierres en tus problemas, en tu trabajo ni en otras personas cuando en casa tienes quien te escuche. Justo son estos momentos los que, al pasar los años, recordarán tus hijos cuando tengan su propia familia.
Aunque todos tienen sus propias actividades y preferencias, la familia nunca puede quedar olvidada.

5. Aceptar que cada uno necesita tiempo a solas

Otra característica de las familias felices es que saben que cada miembro es un individuo independiente. Reconocen que, aunque es necesario convivir y crecer en conjunto, cada uno debe tener momentos a solas.
Estos momentos se valoran porque son una oportunidad para analizar lo que está pasando, lo que se desea y fijar nuevas metas. Además, cada miembro sabe que, una vez que este tiempo a solas comienza a hacer daño, puede acudir al resto.
Todo es una cuestión de equilibrio.

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6. Hablar unos con otros

Si conoces familias felices seguro que te has dado cuenta de que todos conversan con todos. A pesar de las diferencias de edad, metas y caracteres esto es importante. De hecho, es vital para crecer.
Se vale que cada uno tenga gustos distintos, incluso opuestos. Esto es lo que realmente no hace crecer como personas y los miembros de las familias felices lo aprovechan para aprender a relacionarse con otros.
Piensa que tu familia es el primer entorno donde desarrollas habilidades sociales. Esto es bueno porque los padres pueden enseñar a sus hijos que convivir consiste en aceptar y respetar a los demás.
Por su parte, como padre y hermano, te haces resistente a críticas y situaciones adversas.

Trabajar para ser una de esas familias felices

¿Consideras que tu familia es feliz? Si la respuesta es “no“, tranquilo, que siempre se puede mejorar. Una vez que tienes la consciencia de que algo va mal, pueden tomar cartas en el asunto para avanzar a una situación más favorable.
Comienza poniendo en práctica estos seis consejos y verás que, poco a poco, el resto de la familia se empieza a unir.
Fuentes:

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