Quienes no conocen a Dios son los que persiguen a los que creen en Él y lo siguen. Jesús sabe de ésto y advierte a sus discípulos a que también ellos serán perseguidos. Por eso, a su debido tiempo, les enviará el Espíritu Santo, el Espíritu de la verdad, para fortalecerlos, confirmar su fe y puedan luchar sin miedo por la defensa de la verdad y de esa manera, testimoniar con su vida la presencia viva de Dios. Pidamos también nosotros que el Espiritu Santo nos ilumine y fortalezca, para que convencidos del amor de Dios, y con la fe puesta en el corazón; seamos portadores de la palabra de Cristo en todo lugar donde estemos y si por esa causa somos perseguidos, alegrémonos, porque creyendo, amando, y a Cristo testimoniando; vamos acercándonos al corazón de Dios.
Feliz y bendecido día.
Del Evangelio. Juan 15, 16-26.
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