viernes, 10 de noviembre de 2017

Evangelio del dia 10 de Noviembre (Jesús contó también esto a sus discípulos...Lucas 16,1-8)

Viernes, 10 de Noviembre 
Rm 15,14-21
Lc 16,1-8
Evangelio:
Jesús contó también esto a sus discípulos: “Un hombre rico tenía un administrador que fue acusado de malversación de bienes. El amo le llamó y le dijo: ‘¿Qué es eso que me dicen de ti? Dame cuenta de tu trabajo porque no puedes seguir siendo mi administrador’. El administrador se puso a pensar: ‘¿Qué haré ahora que el amo me deja sin empleo? No tengo fuerzas para cavar la tierra, y me da vergüenza pedir limosna... Ah, ya sé qué hacer para que haya quienes me reciban en sus casas cuando me quede sin trabajo’.
Llamó entonces uno por uno a los que tenían alguna deuda con el amo, y preguntó al primero: ‘¿Cuánto debes a mi amo?’. Le contestó: ‘Cien barriles de aceite’. El administrador le dijo: ‘Aquí está tu recibo. Siéntate en seguida y apunta sólo cincuenta’. Después preguntó a otro: ‘Y tú, ¿cuánto le debes?’. Éste le contestó: ‘Cien medidas de trigo’. Le dijo: ‘Aquí está tu recibo. Apunta sólo ochenta’. El amo reconoció que aquel administrador deshonesto había actuado con astucia. Y es que, tratándose de sus propios negocios, los que pertenecen al mundo son más listos que los que pertenecen a la luz”.
Palabras del Señor❤
Reflexión🙏🏼
Solemos relacionar la astucia con el fingimiento y la mentira, y siempre de cara a conseguir los propios propósitos. La sagacidad, que es lo que Jesús alaba en este texto evangélico, apunta más bien a la capacidad para encontrar los mejores medios en vistas a un fin determinado. En el ámbito laboral en particular y en el mundano en general, son muchos los que despliegan estratagemas de todo tipo –legítimas y hasta ilegítimas– de cara a la consecución de sus objetivos. En el ámbito religioso y espiritual, en cambio, sorprende la poca habilidad con que normalmente diseñamos caminos o medios para lograr nuestras metas. Al alabar a este administrador deshonesto, Jesús no valida su comportamiento, sino que nos exhorta a pensar más y mejor sobre el cultivo de nuestro espíritu, de modo que la inteligencia quede también al servicio del Evangelio.

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