Saber dimensionar el valor y la importancia de la casa de Dios y el respeto que a ella debemos, mas que un deber, es una obligación de todos. El templo es lugar de oración, de recogimiento, de encuentro de los fieles para orar y celebrar la litúrgia, donde los que acuden a él se nutren de la riqueza de la bpalabra de Dios, es un lugar sagrado. No es un mercado, un lugar de negocios, de ventas ni de búsqueda de ganancias, ni de repartíjas de dinero. El templo de Dios es sagrado, por eso la reacción del Señor a los mercaderes. Ese mismo templo es también el corazón del hombre. Dios nos ilumine y nos de el entendimiento, para que sepamos amar y valorar todo lo que nos da para acrecentar nuestra fe.
Feliz y bendecido dia.
Del Evangelio. Juan 2, 13-22.
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