La tarea encomendada por Jesús a sus discípulos, abarca un noble contenido, llevar el mensaje de la buena noticia, para abrir la esperanza a los corazones afligidos y entregar la paz de Dios a cada familia visitada. Llevan la instrucción de sanar enfermedades, resucitar muertos, expulsar demonios y purificar a los leprosos. Cristo sabe que no todos serán bien recibidos y da las instrucciones precisas, por si ocurran situaciones, para que no decaigan ante la adversa reacción de las personas visitadas. Además de esto les pide ir con las manos vacías, sin provisiones, porque la providencia de Dios llegará y será el pago al trabajo que realizan. Hoy conocemos a Dios gracias al compromiso de estas personas, que con fe profunda, se han puesto en camino para cumplir el mandato del Señor. Imitemos estas virtudes y hagamos también el trabajo de llevar el Evangelio a cada corazón humano que clama justicia, paz, amor y no conocen aun de la misericordia de Dios. Feliz y bendecido día. Del Evangelio. Mateo 10, 7-15.
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