miércoles, 26 de julio de 2017

Libro del Exodo 16,1-5.9-15 (Evangelio del dia)

Libro del Exodo 16,1-5.9-15. 
Luego partieron de Elím, y el día quince del segundo mes después de su salida de Egipto, toda la comunidad de los israelitas llegó al desierto de Sin, que está entre Elim y el Sinaí. 
En el desierto, los israelitas comenzaron a protestar contra Moisés y Aarón. 
"Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en Egipto, les decían, cuando nos sentábamos delante de las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos. Porque ustedes nos han traído a este desierto para matar de hambre a toda esta asamblea". 
Entonces el Señor dijo a Moisés: "Yo haré caer pan para ustedes desde lo alto del cielo, y el pueblo saldrá cada día a recoger su ración diaria. Así los pondré a prueba, para ver si caminan o no de acuerdo con mi ley. 
El sexto día de la semana, cuando preparen lo que hayan juntado, tendrán el doble de lo que recojan cada día". 
Moisés dijo a Aarón: "Da esta orden a toda la comunidad de los israelitas: Preséntense ante el Señor, porque él ha escuchado sus protestas". 
Mientras Aarón les estaba hablando, ellos volvieron su mirada hacia el desierto, y la gloria del Señor se apareció en la nube. 
Y el Señor dijo a Moisés: 
"Yo escuché las protestas de los israelitas. Por eso, háblales en estos términos: "A la hora del crepúsculo ustedes comerán carne, y por la mañana se hartarán de pan. Así sabrán que yo, el Señor, soy su Dios". 
Efectivamente, aquella misma tarde se levantó una bandada de codornices que cubrieron el campamento; y a la mañana siguiente había una capa de rocío alrededor de él. 
Cuando esta se disipó, apareció sobre la superficie del desierto una cosa tenue y granulada, fina como la escarcha sobre la tierra. 
Al verla, los israelitas se preguntaron unos a otros: "¿Qué es esto?". Porque no sabían lo que era. Entonces Moisés les explicó: "Este es el pan que el Señor les ha dado como alimento. 

Salmo 78(77),18-19.23-24.25-26.27-28. 
Tentaron a Dios en sus corazones, 
pidiendo comida a su antojo.
Hablaron contra Dios, diciendo: 
“¿Acaso tiene Dios poder suficiente 

para preparar una mesa en el desierto?
Entonces mandó a las nubes en lo alto 
y abrió las compuertas del cielo:
hizo llover sobre ellos el maná, 

les dio como alimento un trigo celestial;
todos comieron un pan de ángeles, 
les dio comida hasta saciarlos.
Hizo soplar desde el cielo el viento del este, 

atrajo con su poder el viento del sur;
hizo llover sobre ellos carne como polvo 
y pájaros como arena del mar:
los dejó caer en medio del campamento, 

alrededor de sus carpas.

Evangelio según San Mateo 13,1-9. 
Aquel día, Jesús salió de la casa y se sentó a orillas del mar. 
Una gran multitud se reunió junto a él, de manera que debió subir a una barca y sentarse en ella, mientras la multitud permanecía en la costa. 
Entonces él les habló extensamente por medio de parábolas. Les decía: "El sembrador salió a sembrar. 
Al esparcir las semillas, algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron. 
Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda; 
pero cuando salió el sol, se quemaron y, por falta de raíz, se secaron. 
Otras cayeron entre espinas, y estas, al crecer, las ahogaron. 
Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta. 
¡El que tenga oídos, que oiga!". 

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