No hubo nadie en aquel tiempo que pudiera enfrentarse a Jesús, en este caso, fueron dos endemoniados los que perturbaban a quienes pasaban por el camino, pero al verlo se manifestaron sin ocultar su temor, porque sabían quien era Jesús y de donde venía. En la actualidad, el mal no actúa como éstos endemoniados que señala el Evangelio, sino que han mejorado la manera de perturbar y hacer daño a los hijos de Dios.
Actúan con mas astucia, con engaños de todo tipo, con ofrecimientos de cosas que agradan a los sentidos del hombre, tentaciones, vicios, drogas, bebidas, poder, fama, prestigio y tantas otras mas, buscando siempre apartar del camino a los hijos de Dios. Solo Dios tiene el poder de expulsar estos males, y para ello bastan la fe y la predisposición que tengamos de apartarnos del mal. El Señor ilumine nuestra vida y nos de fortaleza a través de una fe firme, con capacidad de enfrentar y vencer todo mal que busca nuestra destrucción. Feliz y bendecido dia. Del Evangelio. Mateo 8, 28-34.
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