La siembra que se hace en buena tierra, dará siempre buenos
frutos y producirán en abundancia. Sembrar la palabra de Dios en el corazón del
hermano, es una tarea hermosa que requiere de fe, dedicación, amor y
perseverancia. Fe en Dios, Dedicación plena en la tarea, Amor al trabajo y
Perseverancia en la oración. Los buenos sembradores jamás descuidan su trabajo,
ni riegan por sembrar nada mas, ellos preparan la tierra, lo abonan, abren
surcos, siembran en el tiempo correcto y cuidan la tierra permanentemente hasta
que las semillas broten, crezcan y den frutos en abundancia. Sembrar la
palabra, requiere en primer lugar amar a Dios por sobre todas las cosas. Todo
buen sembrador se gana un lugar junto a Dios. Feliz y bendecido día. Del
Evangelio. Mateo 13, 18-23.
Hacer oídos sordos a la palabra de Dios, como Si Él no
existiera, vivir la vida pretendiendo ignorar la mas absoluta verdad, dejando
de lado lo mas importante y querer cambiar una realidad imponiendo falsos
ideales, o propios pensamientos; es construir sobre arena y sin cimientos. Dios
es una bella realidad, una luz imposible de esconder ni apagar. Su palabra es
vida, pureza y verdad que alienta y fortalece nuestra fe. Al que cree y confía,
transmite su verdad y amor de manera permanente, sin pausas. Al que se resiste
a creer, les habla de una forma diferente, revelando la verdad de Dios
comparativamente para llamar su atención. La misión que Cristo trajo es que
todos conozcamos a Dios y vivamos en la verdad. Feliz y bendecido dia. Del
Evangelio. Mateo 13, 10-17.
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