lunes, 11 de diciembre de 2017

Evangelio del dia Lunes 11 de Diciembre...Un día estaba Jesús enseñando....(Lucas 5,17-26)

Lunes, 11 de Diciembre 
Is 35,1-10
Lc 5,17-26
Evangelio:
"Un día estaba Jesús enseñando, y se habían sentado por allí algunos fariseos y maestros de la ley venidos de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén. El poder de Dios se manifestaba en Jesús cuando curaba a los enfermos. En esto llegaron unos hombres que llevaban en una camilla a un paralítico. Querían meterlo en la casa y ponerlo delante de Jesús, pero no encontraban por dónde entrar porque había mucha gente; así que subieron al techo, y haciendo un hueco entre las tejas bajaron al enfermo en la camilla, allí en medio de todos, delante de Jesús. Cuando Jesús vio la fe que tenían, le dijo al enfermo:
“Amigo, tus pecados quedan perdonados”. Entonces los maestros de la ley y los fariseos comenzaron a pensar: “¿Quién es éste, que se atreve a decir palabras ofensivas contra Dios? Tan sólo Dios puede perdonar pecados”. Pero Jesús, dándose cuenta de lo que estaban pensando, les preguntó: “¿Por qué pensáis así? ¿Qué es más fácil, decir: ‘Tus pecados quedan perdonados’ o decir: ‘Levántate y anda’? Pues voy a demostraros que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados”. Entonces dijo al paralítico: “A ti te digo: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”. Al momento, el paralítico se levantó delante de todos, tomó la camilla en que estaba acostado y se fue a su casa alabando a Dios. Todos se quedaron asombrados y alabaron a Dios, y llenos de miedo dijeron: “Hoy hemos visto cosas maravillosas”.

Palabras del Señor

Comentario:

"Al igual que el paralítico de este evangelio es descendido por el tejado al centro de la casa –donde estaba el Maestro–, así nosotros, cada uno, está llamado a romper la superficie de su vida –el tejado, y ello aunque sea arriesgado o difícil–; a descender al más profundo centro de nuestra alma para ahí –con esa misma fe– pedir al Huésped que nos habita que nos sane de nuestra parálisis y que nos enseñe a caminar por el mundo. Para Jesús de Nazaret no es ni más ni menos difícil perdonar pecados que poner a caminar a un paralítico. La curación espiritual y la física están para Él profundamente unidas, puesto que el hombre es sólo uno y todo él –cuerpo y alma– se resiente cuando perdemos el sentido de la vida y caemos enfermos."
Feliz lunes 

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