Las palabras de Jesús, profundas en su contenido, expresan una situación bastante fuerte como respuesta a la pregunta de sus discípulos, de ¿quien puede salvarse?. Ciertamente, la acumulación de riquezas no debe ser el único objetivo del hombre, ya que al morir no llevará consigo la riqueza acumulada, y el tener mas que otros, casi siempre lo vuelva un ser egoísta.
En un mundo cada vez mas insensible, donde hay mas pobres cada dia, lógicamente Dios espera que aquel que tiene mas comparta con el que necesita y que lo haga con un alto sentimiento de amor hacia el hermano. Podrán decir que lo acumulado fue fruto de años de esfuerzo y sacrificio, es cierto, pero no deja de ser también cierto, que quien comparte sus ganancias y riquezas, se gana un lugar en el cielo y que aquel que lo haga de corazón, recibirá cien veces mas de lo que a dado en la presente vida. La fe en Dios es el que obra en el hombre estas decisiones, de compartir y luchar por ganar el verdadero y eterno tesoro del cielo. Lo que al hombre le es imposible, Dios lo hace posible.
Feliz y bendecido día. Del Evangelio. Mateo 19,23-30.
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