Es evidente que a Jesús no le agradaba la hipocresía de los escribas y fariseos.. (Mateo. 23, 27-32.)

Es evidente que a Jesús no le agradaba la hipocresía de los escribas y fariseos, que vivían de apariencias, predicaban lo que ni ellos mismos cumplían y cargaban sobre la gente una forma de comportamiento espiritual no acorde a lo que le agrada a Dios.

Al Señor le agrada el interior de una persona, su sinceridad, humildad, su corazón y no la apariencia exterior puesta como un muestrario. Las palabras deben ir siempre acompañadas del ejemplo para que tengan efectividad. No basta solo predicar, sino vivir lo que se predica, amando a Dios, siendo fiel a sus mandatos, pisando fuerte, pero con humildad, procurando acrecentar cada vez mas la fe en Dios. El Señor nos ilumine y ayude a vivir una cristiandad plena y mas comprometida a Dios y su Iglesia. Feliz y bendecido día. 

Del Evangelio. Mateo. 23, 27-32.