Que actitud mas hermosa y humilde la de la mujer cananea, que con gran fe pide a Jesús piedad y sanación para su hija atormentada por el mal, se postra a sus pies y clama aunque sea un poco de atención a la situación que la atormenta. El mismo Jesús le dice ¡Que grande es tu fe! y sanó a su hija. Postrarse con fe ante el Señor y pedir con humildad, su gracia bendita, es una actitud que debemos tener siempre. Su amor es grande y con seguridad obrará sus milagros en favor nuestro. Feliz y bendecido día. Del Evangelio. Mateo 15, 21-28.
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