El asombro de la gente por el poder y los milagros que Jesús hacia, estaba también mezclado con la incredulidad, por ser alguien mas del pueblo, una persona normal a quienes conocían y por eso se negaban a creer en Él. Somos así de incrédulos, nos llenamos de prejuicios y cerramos nuestro corazón a la verdad de Dios. Jesús nació de María y tuvo un padre adoptivo José. Era sí, alguien del pueblo, que empezaba a llevar adelante la misión que le encomendara Dios, su padre. Señor necesitamos de ti, de tus milagros y de tu amor infinito, ayudanos a confiar y no ser mas el cuestionador de siempre, que cierra sus ojos para no ver y aparta su corazón para no enfrentar la verdad. Danos sabiduría y aumenta nuestra Fe para seguirte siempre. Feliz y bendecido día. Del Evangelio. Mateo 13, 54-58.
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