Momentos cruciales en la vida de Jesús lo definen sus palabras, "Ha llegado la hora de que sea glorificado el hijo del hombre". Se aproxima la hora, su hora de enfrentar a la muerte, esa muerte, que de la manera mas cruel será manifestado en su humanidad, pero Él, sereno, siempre obediente a Dios Padre en la misión encomendada y con un amor indescriptible por la humanidad; lo acepta, para liberarnos de la esclavitud del pecado, de las garras del mal que sólo busca nuestra destrucción y todos podamos alcanzar la salvación eterna. Una pesada cruz, le espera en su camino para cargar sobre sus hombros, una cruz que lleva el peso de nuestras faltas y pecados. Unos látigos implacables lacerarán su carne, pero Él seguirá su camino.
Una multitud impotente será testigo de los clavos que traspasarán sus manos y pies, en la misma cruz que ha cargado. Todo lo has aceptado, por amor a nosotros. Cómo no doblar rodillas ante tu altar, Señor, para darte gracias por todo lo que has hecho, cómo no abrazar la cruz, nuestra cruz y resistir a toda tentación que nos incita separarnos de Ti. Jesús amado, sé siempre en nuestra vida, el amigo y maestro, que nos enseña el camino del bien, para alcanzar la meta que Dios nos ha señalado. Habita siempre nuestro corazón, para fortalecerla y llenar nuestra vida, de Fe, amor y esperanza. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Feliz y bendecido día.
Del Evangelio. Juan 12, 20-33.
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