domingo, 4 de marzo de 2018

Evangelio del día Domingo, 04 de Marzo de 2018

Ex 20,1-17/1Co 1,22-25
Jn 2,13-25
Evangelio:
"Como se acercaba la fiesta de la Pascua de los judíos, Jesús fue a Jerusalén; y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los que tenían puestos donde cambiar el dinero. Al ver aquello, Jesús hizo un látigo con unas cuerdas y los echó a todos del templo, junto con las ovejas y los bueyes. Arrojó al suelo las monedas de los cambistas y les volcó las mesas. A los vendedores de palomas les dijo: “¡Sacad eso de aquí! ¡No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre!” Sus discípulos recordaron entonces la Escritura que dice: “Me consumirá el celo por tu casa.”
Los judíos le preguntaron: “¿Qué prueba nos das de que tienes autoridad para actuar así?” Jesús les contestó: “Destruid este templo y en tres días lo levantaré.” Le dijeron los judíos: “Cuarenta y seis años tardaron en construir este templo, ¿y tú vas a levantarlo en tres días?” Pero el templo al que Jesús se refería era su propio cuerpo. Por eso, cuando resucitó, sus discípulos se acordaron de lo que había dicho y creyeron en la Escritura y en las palabras de Jesús. Mientras Jesús estaba en Jerusalén, en la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en él al ver las señales milagrosas que hacía. Pero Jesús no confiaba en ellos, porque los conocía a todos. No necesitaba ser informado acerca de nadie, pues él mismo conocía el corazón de cada uno."

Palabras del Señor

Comentario:

"Lectura: “El templo al que Jesús se refería era su propio cuerpo”.
Meditación: Jesús no se irritó con un pobre vendedor de palomas. Su ira se dirigía contra un sistema de opresión montado por los sumos sacerdotes. Explotaban a la gente a través del culto. Si una mujer caminaba kilómetros para ofrecer un animal en el templo, le decían que tenía una imperfección. Entonces debía comprarles a ellos un animal. Hasta las palomas para las ofrendas de los pobres tenían que comprarse allí. ¡Cómo no iba a arder el celo del Señor por la casa de su Padre! El evangelio de Juan da mucha importancia a esta escena, y la coloca al comienzo porque nos indica que, para encontrar a Dios, hay algo mucho más importante que los sacrificios en el templo. En su propio cuerpo, es decir, en la persona de Jesús, nos encontramos con Dios. 
Oración: Señor, dame tu gracia para encontrarme contigo. Que mi vida unida a la tuya, Jesús, sea mi mejor ofrenda.
Acción: Trata hoy de encontrarte de verdad con el Señor.

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