Los judíos han cerrado los ojos y tapado los oídos a la verdad, negándose a entender las palabras de Jesús. Tanto fue el rechazo de hasta tomar piedras para apedrearlo. Aún así, el Señor siguió su camino predicando, buscando hacer entender a todos la verdad de Dios quien lo ha glorificado y lo seguirá glorificando en cada uno de los que creyendo en sus palabras; han hecho una parada en su camino y tomar otro, el que con fe le indica Dios en su corazón. El hombre no es perfecto, solo Dios, pero vamos caminando, luchando por ganar un lugar en el cielo y eso sólo se logra con fe, abrazando las cruz y poniendo en práctica las palabras del Señor.
No cerremos los ojos ni tapemos los oídos a su verdad, cuanto mas conozcamos a Dios, mas seguro será nuestro caminar hacia su luz.
Feliz y bendecido día.
Del Evangelio. Juan 8, 51-59.
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