El fiel cumplimiento de los mandamientos de Dios y la enseñanza dada del mismo a otros hermanos, es una acción que agrada a Dios. El compromiso del cristiano es asumir con fidelidad el rol que a cada uno corresponde. Haciendo eso vamos construyendo el reino soñado de paz y armonía que Dios desea para todos. Somos inexcusables en este compromiso, no esperemos que otros hagan lo que a nosotros corresponde hacer. Cumpliendo sus mandamientos, enseñando con el testimonio de vida su amor a nosotros, sembramos buenas semillas honrando y glorificando la grandeza de Dios.
Feliz y bendecido día.
Del Evangelio. Mateo 5, 17-19.
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