El Evangelio de hoy nos invita a tomar en serio las cosas de Dios y a vivir una cristiandad dinámica y productiva, acorde a lo que Él espera de nosotros. La indiferencia cristiana denota desinterés y falta de fe.
Peligrosamente y sin darnos cuenta, vamos cayendo al relativismo, de no dar la importancia debida a las cosas de Dios y eso no es bueno. Fuimos llamados a ser parte en la construcción de su reino, a defender la fe, a luchar por la verdad y a denunciar con valentía cristiana la persecución del mal a la Iglesia. Cada situación o acontecimiento que pueda herir y contrarrestar su misión sagrada, debe preocuparnos y ocuparnos en defenderla. Ejemplo: Si la educación de nuestros niños, basados en ideologías de genero es un peligro que atenta contra la familia, defendámosla como Iglesia y no nos quedemos con los brazos cruzados. De la indiferencia de hoy se aprovecha el mal para sembrar su semilla, mañana se convertirá en Ley y ahí será tarde.
Feliz y bendecido dia.
Del Evangelio. Lucas 7, 31-35.
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