Qué difícil momento para una madre, estar frente al hijo que esta muriendo y mas aun, de esta manera, clavado en una cruz. Que coraje y valentía la de Maria, quien dio a luz a Jesús, aceptando las palabras del Ángel Gabriel y después verlo padecer de esta manera.
Ella esta frente a la cruz escuchando las palabras de su hijo amado y Jesús, comprendiendo su dolor, se dirige al discípulo diciéndole, "Ahí tienes a tu madre". La historia de la salvación se teje con el dolor, el sufrimiento y la muerte de Jesús en la cruz, pero la semilla que cae volvió a nacer, para dar brotes de esperanza en cada corazón humano. Jesus murió por amor para darnos la salvación, para enseñarnos el camino del bien, encendiendo en nuestro corazón la llama viva de la fe, para que también seamos parte de su vida y de la construcción de su reino de amor. Así como María, con valentía y coraje, sepamos aceptar y acompañar los designios de Dios y que la llamada de Cristo, no encuentre en nosotros la negativa de acompañar y colaborar con su Iglesia en la misión que le a encomendado.
Feliz y bendecido día. Del Evangelio.
Juan 19, 25-27.
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