El perdón es una actitud que nace de un sentimiento muy fuerte, "el amor", que lleva a la persona a no llevar en cuenta ofensas ni agravios. Dios nos pide que perdonemos al que nos ofende, así como Él nos perdona siempre a cada uno. El no saber perdonar genera una energía muy negativa, que con el tiempo enferma al cuerpo y también al alma y que no nos hace feliz, al contrario, nos vuelve infelices.
El orgullo es una de las armas del diablo, una triste semilla que hemos permitido que siembre en el corazón y que nos impide pedir perdón ni perdonar. El perdón limpia las impurezas del corazón, libera al alma y nos hace dignos a los ojos de Dios. Con el perdón se liberan las cadenas de la esclavitud y se limpia el camino del cielo. Así como Dios nos perdona, sepamos también perdonar siempre las ofensas que nos hagan.
Feliz y bendecido dia.
Del Evangelio. Mateo 18, 21-35.
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