lunes, 4 de septiembre de 2017

Jesús, en un día sábado,...(Lucas 4, 16-30)

Jesús, en un día sábado, al terminar de leer la lectura del libro de Isaías en la Sinagoga,  expresa a todos, que lo que acababa de leer se cumplía en ese momento y continuó hablando de todos los hechos y milagros que hubo en tiempos de otros profetas, pero al entender la gente, que lo que leyó se refería a Él mismo, se enfurecieron y buscaron la manera de eliminarlo. Pero Él pasando en medio de ellos continuó su camino.
A Jesús lo seguía la gente sencilla, la gente del campo, pero, quienes lo perseguían, eran los que no querían entender la realidad latente y palpable, de que Él es el hijo de Dios, el mesías esperado. Cerraron sus ojos y su corazón a esta realidad. Señor, que los ojos de la conciencia, jamas se cierren a tu verdad, que sepamos ver y reconocerte siempre en cada obra y milagro que obras en favor de nuestros hermanos y el de los nuestros. Que sepamos entender tus palabras y mensajes que dan paz, amor y vida en abundancia y que jamás rechacemos nada de lo que de ti nos llegue. 

Feliz y bendecido día. 

Del Evangelio. Lucas 4, 16-30.

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