En muchas partes del Evangelio, notamos que los milagros de Jesús fueron por fe, del necesitado, o de otras personas, pero en este caso, con el milagro de la resurrección del joven, hijo único de una viuda, lo realizó porque la situación lo ha conmovido. Dio alegría a los familiares y una gran sorpresa a todos.
En su paso por nuestra vida, tal vez encuentre muchas cosas que también hemos dejado morir, por las circunstancias de la vida en nuestro dia a día, la voluntad de servir a la Iglesia, el ánimo destrozado, por no conseguir lo que queremos, a pesar de mucho luchar, la fe que poco a poco fuimos perdiendo y una moribunda esperanza que no da señales de mejoría. Pero Jesús pasa siempre en nuestra vida y con seguridad, nos levantará y hará que todo cambie, porque nos ama y quiere vernos felices, animados con la vida y nos dará la soñada esperanza que buscamos. Su amor supera todas las barreras. Tengamos fe.
Feliz y bendecido día.
Del Evangelio. Lucas 7, 11-17.
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