Lunes, 23 de Octubre
Rm 4,20-25
Lc 12,13-21
Evangelio:
"Uno de entre la gente dijo a Jesús: “Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia”. Jesús le contestó: “Amigo, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor?”. También dijo: “Guardaos de toda avaricia, porque la vida no depende del poseer muchas cosas”. Entonces les contó esta parábola: “Había un hombre rico, cuyas tierras dieron una gran cosecha.
El rico se puso a pensar: ‘¿Qué haré? ¿No tengo donde guardar mi cosecha!’. Y se dijo: ‘Ya sé qué voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes en los que guardar toda mi cosecha y mis bienes. Luego me diré: Amigo, ya tienes muchos bienes guardados para muchos años; descansa, come, bebe y goza de la vida’. Pero Dios le dijo: ‘Necio, vas a morir esta misma noche: ¿para quién será lo que tienes guardado?’. Eso le pasa al hombre que acumula riquezas para sí mismo, pero no es rico delante de Dios”."
Palabras del Señor
Reflexión
"Este evangelio nos atañe muy directamente: son muchos los que pasan buena parte de la vida pensando y calculando cómo organizar una buena vida; muchos, en fin –quizá también nosotros–, se rigen por el principio del disfrute, hasta el punto de que el bienestar se erige con frecuencia en nuestra sociedad en el único criterio para juzgar el valor de una vida. ¡Si la mitad del tiempo que invertimos en pensar en las cosas de este mundo lo dedicáramos a pensar en las de Dios!! Donde está nuestro pensamiento, allí está nuestro corazón.
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